Una taza de café.

Caliente, humeante. El café de las cuatro y media desprendía un aroma familiar, como el de los lápices de colores que recuerdan a la infancia, tan reconfortante y amargo. Sarah tomó un pequeño sorbo sin abrir los ojos, intentando desvanecerse con el azúcar y adentrarse en las profundidades de un lugar oscuro y deshabitado, alejado de cualquier cosa que pudiera relacionar con él.
Cada día se sorprendía contando las veces que el corazón le había dado un vuelco, contando todas las miradas de complicidad que se habían dirigido, todas las veces que había escuchado su voz. Se odiaba a sí misma por tener aquellos pensamientos, por haberse vuelto tan vulnerable y tan dependiente de una simple palabra. La imagen de unos ojos grises se formó en su mente y, bruscamente, abrió los ojos. No iba a abandonar tan fácilmente todo lo que había construído a base de esfuerzo, no podía rendirse a la mínima debilidad. «No, ahora no», murmuró. Dejó la taza de café sobre la mesa y observó su interior: las formas de los posos estaban tan bien trazadas, que si hubiese creído en ello hubiera podido adivinar su futuro. Con una irónica sonrisa, se burló de sí misma y de su propia inocencia, que hasta hace poco creía perdida. En el curso de unos meses habían cambiado muchas cosas, la mayoría de las cuales seguía sin comprender por qué la hacían feliz. Aún le quedaba mucho por aprender de la vida y sus peripecias.


21 comentarios:

Luli dijo...

Me ha gustado mucho el relato, escribes genial =)
¡Y la foto es increíblemente apetecible, y eso que no me gusta el café! xD

Feliz Año 2009, un besazzo

wiitastic! dijo...

Tienes un blog muy chulo, ¡¡felicidades!!

Anónimo dijo...

Tienes un blog maravilloso.
¡Aquí dentro se respira arte!
Yo también te sigo, guapa.

Feliz Año!

:)

Dara dijo...

¿Por qué siempre es ella y su él? ¿Por qué no, por una vez, escribís la historia del revés?


Miau

Anónimo dijo...

Siempre nos quedaremos como un proyecto incompleto.

Uppss!! dijo...

Precioso relato :)
Guárdalo bien, este merece mucho la pena^^
Me encantó esta frase:
Con una irónica sonrisa, se burló de sí misma y de su propia inocencia, que hasta hace poco creía perdida.

Un beso :)

Jenny dijo...

Me encanta como escribes bonica....
Muy bien hecho.
Feliz 2009 !!!!

Anónimo dijo...

Un 5,8 para hacer Periodismo en la Complu, Marta :)

Unknown dijo...

Me ha encantado el relato!
Yo también te sigo!

R. dijo...

Con una irónica sonrisa, se burló de sí misma y de su propia inocencia, que hasta hace poco creía perdida


:):) Yo le mandó un saludo a la mía,esté donde esté

Mir dijo...

¿Ese trocito de texto era de tu historia, o me lo ha parecido? Si es así me he perdido un buen trozo >.<
En fin... la verdad, tus relatos me gustan cada vez más. Son tan suaves y amenos...

¡Un beso!

Lola dijo...

¿Siguen bailando los zapatitos de charol?

Vine tarde, pero seguro, a jugar con estos retazos....

Unknown dijo...

Cada palabra, cada escrito, cada ápice que juntas tinta con papel es a la vez de bueno sentimental, dejas a flor de piel a todos aquellos a los que acuden a ti y animas incluso al más deprimido o estresado ser de la faz de la Tierra, sigue así, es muy bueno.

I. Pichel dijo...

Probablemente, delante de otro café, Él esté pensando lo mismo.

JUANAN URKIJO dijo...

Sarah se da cuenta de que está viva y de que todo está por vivir. El momento aparentemente insignificante del café, está pensado a propósito para desnudarla un poco ante nosotros.

Bravo, Marta. Buen relato.

Laury Muñoz dijo...

Me ha encantado tu blog! Un besazo desde Malaga!

L.

Juan A. dijo...

¿Es necesario comprender por qué algunas cosas nos hacen felices?

Precioso texto, Marta.

Besos.

P/ dijo...

Me gusta como mucho como escribes. Ordenado y limpio, muy limpio. No se, es agradable :)

Fenilalanina dijo...

Cafeína adictiva.

Lalita dijo...

Me ha encantado el relato :).
Ver ese café es una tentación, yo soy adicta al café ^^.
Te sigo :), tienes un maravilloso blog.

Saludos :)

Patricia Nájera dijo...

me he visto a mi misma en esa taza de café, y desde luego me has hecho oler tanto el café como los lápices.

Es genial que me hayas comentado y así poder leer cosas como ésta. Hacía tiempo que un blog no me sorprendía gratamente :)